La salud mental afecta los pensamientos, las emociones, la conducta y las relaciones. Aquellas personas que desarrollan problemas o enfermedades de salud mental pueden ver afectada su capacidad para afrontar las rutinas y demandas de la vida cotidiana. Tales dolencias a menudo son emocionalmente agotadoras y confusas para la persona, así como para sus seres queridos y los líderes que intentan ministrar a la persona afligida.
No se espera que los líderes diagnostiquen ni brinden tratamiento a los miembros con problemas de salud mental, ni se les alienta a hacerlo. Cuando los miembros no parecen responder a los intentos normales de los líderes por ser útiles, estos no deben sentirse ofendidos por su falta de respuesta. En su lugar, los líderes deben considerar seriamente alentar al miembro a recibir una evaluación de salud mental de un proveedor calificado (Manual 1: Presidentes de estaca y obispos, 2010, 7.2.6, “Consejería profesional”). Los Servicios para la Familia SUD (donde estén disponibles) pueden ofrecer consultas y sugerencias a los líderes acerca de recursos comunitarios de evaluación de salud mental. Los líderes deben consultar “Enfermedades mentales: Cómo prestar ayuda” en la sección Lista de discapacidades de LDS.org para obtener más información sobre las enfermedades mentales.
ÍNDICE
Artículos | Recursos |
|