Relato breve sobre la vida escolar
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La historia de Acción de Gracias que los escolares estadounidenses han aprendido normalmente es más o menos así: la fiesta conmemora la forma en que los peregrinos de Plymouth, Massachusetts, recién llegados del Mayflower, celebraron la cosecha disfrutando de una cena al estilo “potluck” con sus amistosos vecinos indios. En muchas aulas, los niños más pequeños pueden trazar pavos con las manos para marcar un día de fiesta, o disfrazarse de peregrinos e indios para las representaciones de Acción de Gracias. Los niños mayores pueden estudiar las razones por las que los peregrinos cruzaron el Atlántico y cómo su resistencia fomentó los valores fundacionales de Estados Unidos.
Pero, aunque la comida conocida como el Primer Día de Acción de Gracias tuvo lugar -los estudiosos creen que ocurrió en algún momento del otoño de 1621 en la recién fundada colonia de Plymouth-, esa historia no refleja ni la verdad del siglo XVII ni la comprensión que de ella se tiene en el siglo XXI. Más bien, la memoria pública estadounidense de Acción de Gracias es una historia del siglo XIX. Lo que realmente ocurrió en el otoño de 1621 sólo está documentado en dos fuentes primarias desde la perspectiva de los colonos. El relato de Edward Winslow sobre la abundante cosecha y el festín de tres días con los wampanoag consta de apenas seis frases, y el relato posterior del gobernador de la colonia de Plymouth, William Bradford, tiene aproximadamente la misma extensión, lo que demuestra, según el historiador Peter C. Mancall, que ninguno de los líderes coloniales consideraba que el acontecimiento mereciera más de un párrafo. Cuando Plymouth pasó a formar parte de Massachusetts y los puritanos dieron paso a los Padres Fundadores, nadie pensó mucho en ese momento. Cuando George Washington declaró un día nacional de Acción de Gracias en 1789, su proclama de agradecimiento no mencionaba nada relacionado con lo ocurrido en Plymouth. Entonces, hacia 1820, un anticuario de Filadelfia llamado Alexander Young encontró el relato de Winslow. Lo volvió a publicar en sus Crónicas de los Padres Peregrinos de 1841, con una fatídica nota a pie de página: “Este fue el primer Día de Acción de Gracias, la fiesta de la cosecha de Nueva Inglaterra”.
Enseñar historia a los alumnos de primaria
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En realidad no era un edificio muy bonito. De una sola planta, achaparrado, de piedra amarillenta. Nada destacaba, salvo el asta de la bandera, que sonaba como las campanadas de un reloj cuando la cuerda la golpeaba en los días de viento. Hoy, con el aire en calma, el mástil estaba en silencio.
Miró a su derecha y vio un lugar sombreado en el campo, cerca de las gradas del equipo local, y de repente le vino un recuerdo: un día de primavera en ese mismo lugar. Sam Gordon y él estaban frente a frente, con los puños cerrados, listos para pelearse. Sam estaba en octavo curso, era un chico grande, le habían retrasado un año. Vestía ropas oscuras que olían a cigarrillos y aceite de motor y llevaba su ira como algunas mujeres llevan demasiada bisutería. Por ninguna razón en particular le había tomado una antipatía instantánea al callado Jim, que era un año más joven y cincuenta libras más ligero. Sam lo había atormentado sin piedad todo el año hasta que finalmente Jim se hartó y aceptó la burla de Sam de pelearse después de la escuela.
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Relato corto grado 10
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