Nececito un tema para exponer de oracion ayuno y limosna

Ideas para el ayuno espiritual

Y sin embargo, en el único lugar donde la Biblia reúne las tres cosas, el autor inspirado pone el énfasis firmemente en la última: “La oración y el ayuno son buenos, pero mejor que ambos es la limosna acompañada de la justicia… Es mejor dar limosna que acumular oro, porque la limosna salva de la muerte y expía todo pecado. Los que dan limosna regularmente gozarán de una vida plena” (Tob 12,8-9).

¿Por qué la limosna es mejor que la oración y el ayuno? Porque es una oración y supone un ayuno. La limosna es una forma de oración porque es “dar a Dios”, y no mera filantropía. Es una forma de ayuno porque exige un sacrificio: no sólo dar algo, sino renunciar a algo, dar hasta que duela.

Jesús presentó la limosna como una parte necesaria de la vida cristiana: “cuando den limosna, no toquen la trompeta delante de ustedes, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que han recibido su recompensa. Pero cuando des limosna, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha” (Mt 6,2-3). No dice SI das limosna, sino CUANDO. Al igual que el ayuno y la oración, la limosna no es negociable.

Ideas de ayuno para perder peso

LOS ÁNGELES, CA – Dar limosna, enseña Jesús, significa hacer nuestras las necesidades de los demás, especialmente de los necesitados de nuestro mundo. Están a nuestro alrededor: los niños y los ancianos, los enfermos y los que sufren, las familias y las personas, los vecinos de la casa de al lado y la gente de tierras lejanas.

El Papa Francisco dijo en su homilía del Miércoles de Ceniza: “La Cuaresma es también un tiempo privilegiado para la oración”. Citó a San Agustín, que describió el ayuno y la limosna como “las dos alas de la oración”, porque son signos de humildad y caridad.

La oración nos ofrece a todos una oportunidad muy especial para crecer en nuestra relación con Dios y para profundizar en nuestro compromiso con una forma de vida, enraizada en nuestro bautismo.    En nuestro ajetreado mundo, la oración nos da la oportunidad de reflexionar sobre nuestros patrones y pecados. Debemos rezar más profundamente, experimentar el dolor por lo que hemos hecho y dejado de hacer, y ser generosos con los necesitados.

El ayuno está estrechamente ligado a la limosna El Papa Francisco dice que “el ayuno tiene sentido si realmente se desprende de nuestra seguridad y, como consecuencia, beneficia a otra persona, si nos ayuda a cultivar el estilo del buen samaritano, que se inclinó hacia su hermano necesitado y lo atendió”.

La oración, el ayuno y la limosna en la Biblia

Mientras crecía, mi familia siempre celebraba el tiempo de Cuaresma. Cada semana íbamos a la fritura de pescado en nuestra parroquia, y a menudo cruzábamos el aparcamiento después para rezar el Vía Crucis. Todos renunciábamos a algo en familia y tratábamos de dedicar más tiempo a la oración en familia. Pero a medida que crecía en una fe más madura, también cambiaba mi comprensión del carácter sagrado de esta estación.

Creo que a veces me veo atrapada en la mentira de que la Cuaresma es un plan de mejora espiritual en el que tengo que “ponerme las pilas” y hacer la Cuaresma como si fuera una especie de ninja espiritual. Agarro mis cuentas del Rosario, reúno toda mi voluntad y fuerza, y me pongo una capa y una máscara para convertirme en súper-santa.

La oración es nuestra conversación con Dios, tanto si le hablamos como si le escuchamos. Cuando desarrollamos un estilo de vida de oración en nuestra vida diaria, desarrollamos una relación más cercana con cada persona de la Trinidad. No hay una forma correcta o incorrecta de rezar, y tu estilo de oración cambiará a lo largo de tu etapa vital y de tu vocación.

Reflexiones sobre la oración, el ayuno y la limosna

Y, sin embargo, en el único lugar en el que la Biblia reúne las tres cosas, el autor inspirado pone el énfasis firmemente en la última: “La oración y el ayuno son buenos, pero mejor que ambos es la limosna acompañada de la justicia… Es mejor dar limosna que acumular oro, porque la limosna salva de la muerte y expía todo pecado. Los que dan limosna regularmente gozarán de una vida plena” (Tob 12,8-9).

¿Por qué la limosna es mejor que la oración y el ayuno? Porque es una oración y supone un ayuno. La limosna es una forma de oración porque es “dar a Dios”, y no mera filantropía. Es una forma de ayuno porque exige un sacrificio: no sólo dar algo, sino renunciar a algo, dar hasta que duela.

Jesús presentó la limosna como una parte necesaria de la vida cristiana: “cuando den limosna, no toquen la trompeta delante de ustedes, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que han recibido su recompensa. Pero cuando des limosna, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha” (Mt 6,2-3). No dice SI das limosna, sino CUANDO. Al igual que el ayuno y la oración, la limosna no es negociable.