Tema del mes de la vocación 2021
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“A menudo nos centramos en tantas cosas urgentes pero innecesarias. Nos ocupamos y preocupamos de tantas realidades secundarias. Y tal vez, sin siquiera reconocerlo, descuidamos lo más importante y dejamos que nuestro amor a Dios se enfríe, que se enfríe poco a poco”, dijo el Papa Francisco el 16 de octubre.
Hablando desde la ventana del Palacio Apostólico, el Papa dijo en su discurso del Ángelus que la oración diaria consistente puede curar el alma como la medicina cura el cuerpo cuando se toma “regularmente de la manera correcta y en los momentos adecuados.”
“No podemos vivir sólo de momentos fuertes de oración o de encuentros intensos ocasionales… Necesitamos el agua diaria de la oración, necesitamos tiempo dedicado a Dios, para que entre en nuestro tiempo, en nuestra vida.”
El Papa Francisco dijo que es en estos consistentes momentos diarios de oración que “le abrimos nuestro corazón para que él pueda derramar diariamente sobre nosotros amor, paz, alegría, fuerza, esperanza, alimentando así nuestra fe.”
“Por ejemplo, nada más despertarnos, podemos decir: ‘Señor, te doy las gracias y te ofrezco este día’. Esta es una oración breve. Luego, antes de una actividad, podemos repetir: ‘Ven, Espíritu Santo’. Entre una cosa y otra, podemos rezar así: ‘Jesús, confío en ti. Jesús, te amo'”, sugirió el Papa.
Oraciones por las vocaciones 2021
Este fin de semana celebramos la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. En su mensaje para la Jornada, el Papa Francisco nos recuerda “Toda vocación es una llamada a no quedarse en la orilla, con las redes en la mano, sino a seguir a Jesús en el camino que nos ha marcado, para nuestra propia felicidad y para el bien de los que nos rodean.”
En su Homilía de la Misa Crismal del mes pasado, el Arzobispo Martin dijo “Tenemos grandes sacerdotes y necesitamos fomentar futuras vocaciones al sacerdocio para servir al pueblo de Dios en esta diócesis creciente y cambiante.”
La Oficina Nacional de Vocaciones está organizando un retiro de discernimiento de una noche “Ven y verás” para hombres (mayores de 18 años) que quieran explorar la vida de un sacerdote diocesano. El fin de semana se celebrará en nuestro seminario nacional de Maynooth y tendrá lugar el fin de semana del 18 y 19 de mayo. Es imprescindible reservar con antelación. Para más información, póngase en contacto con el diácono Eric Cooney por correo electrónico: eric.cooney@vocations.ie O vaya a: https://vocations.ie/2018/10/10/is-god-calling-you-to-be-a-diocesan-priest/
Liturgia del domingo de las vocaciones
Después de la viva y fructífera experiencia del Sínodo dedicado a los jóvenes en octubre pasado, hemos celebrado recientemente la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud en Ciudad de Panamá. Estos dos grandes acontecimientos han permitido a la Iglesia estar atenta a la vez a la voz del Espíritu y a la vida de los jóvenes, a sus preguntas y a sus preocupaciones, a sus problemas y a sus esperanzas.
A partir de lo que compartí con los jóvenes en Panamá, quisiera reflexionar, en esta Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, sobre cómo la llamada del Señor nos hace portadores de una promesa y, al mismo tiempo, nos pide la valentía de arriesgarnos, con Él y por Él. Lo haré reflexionando brevemente con vosotros sobre estos dos aspectos -promesa y riesgo-, tal como aparecen en el relato evangélico de la llamada de los primeros discípulos junto al mar de Galilea (Mc 1, 16-20).
Dos parejas de hermanos -Simón y Andrés, y Santiago y Juan- están realizando sus tareas cotidianas como pescadores. En este exigente trabajo, habían aprendido las leyes de la naturaleza, pero a veces, cuando los vientos eran adversos y las olas sacudían sus barcas, tenían que desafiar a los elementos. Algunos días, la pesca recompensaba ampliamente sus esfuerzos, pero otros, una noche entera de trabajo no era suficiente para llenar sus redes, y tenían que volver a la orilla cansados y decepcionados.
Mensaje del Papa Francisco 2022
La finalidad de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones es cumplir públicamente la consigna del Señor de “rogar al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt 9,38; Lc 10,2). Como colofón de una oración que se ofrece continuamente en toda la Iglesia, afirma la primacía de la fe y de la gracia en todo lo que se refiere a las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Aunque aprecia todas las vocaciones, la Iglesia concentra su atención en este día en las vocaciones a los ministerios ordenados (sacerdocio y diaconado), a la vida consagrada en todas sus formas (vida religiosa masculina y femenina, sociedades de vida apostólica, virginidad consagrada), a los institutos seculares en su diversidad de servicios y de miembros, y a la vida misionera.
Por los jóvenes, hombres y mujeres, para que Dios les dé el don de la comprensión para discernir su servicio en la Iglesia, el sacerdocio, el diaconado o la vida consagrada; y el don de la valentía para seguir su llamada. Rogamos al Señor. . . .