Oráculo dodona
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PortadaHistoria AntiguaOráculo de Delfos: ¿Por qué era tan importante para los antiguos griegos? ¿Por qué era tan importante para los antiguos griegos? El Oráculo de Delfos era una de las instituciones religiosas más poderosas de la antigua Grecia. Sigue leyendo para saber por qué el Oráculo de Apolo en Delfos tenía tanta importancia.Nov 29, 2020 – Por Laura Hayward, MA Classics, PGCE Classics, BA Latin with GreekRed-figure bell-krater depicting Orestes visiting Delphi to request help from Apollo and Athena, 4th century BC, via the British Museum, London
¿Qué es exactamente un oráculo? O, más concretamente, ¿qué era un oráculo en el contexto de la Grecia antigua? La comunicación del conocimiento divino de un dios a un mortal, también conocida como adivinación, desempeñaba un papel fundamental en la antigua religión griega. La adivinación adoptaba muchas formas, desde el estudio de las entrañas de los sacrificios hasta la interpretación del vuelo de los pájaros. Pero quizá la forma más importante de adivinación era la práctica de consultar a un dios a través de un intermediario. Este intermediario era conocido como oráculo.
¿Quién era el oráculo en Grecia?
Pythia (/ˈpɪθiə/; griego antiguo: Πυθία [pyːˈtʰíaː]) era el nombre de la gran sacerdotisa del templo de Apolo en Delfos. Ejercía específicamente de oráculo y era conocida como el Oráculo de Delfos.
¿Dónde estaba el oráculo en la antigua Grecia?
El Oráculo de Delfos, que data del año 1400 a.C., era el santuario más importante de toda Grecia y, en teoría, todos los griegos respetaban su independencia. Construida en torno a un manantial sagrado, Delfos era considerada el omphalos, el centro (literalmente ombligo) del mundo.
Nombres de los oráculos
El proceso de profecía era muy elaborado y podía funcionar de dos maneras. Comenzaba con el baño de la Pitia en un manantial y el posterior sacrificio de una cabra. Según las tradiciones helénicas, el Oráculo de Delfos se sentaba en una cueva del monte Parnaso, situado sobre una falla volcánica. Los vapores de etileno surgían del subsuelo y tenían un efecto alucinógeno en Pitia, que entraba en un estado de trance. En este estado, canalizaba a Apolo y proporcionaba sus profecías. Estudios contemporáneos de la cueva del monte Parnaso han demostrado que, aunque a veces hay gas etileno, puede que no fuera suficiente para inducir un estado de trance. También es posible que la cueva se llenara de vapores procedentes de la combustión de hierbas para aumentar el efecto alucinógeno.
Profecía a los espartanosEn 480 a.C., los espartanos se enfrentaron a los persas en la batalla de las Termópilas. Preocupados por el resultado de la batalla, los espartanos preguntaron a Pitia qué debían esperar. Ella no les dio las buenas noticias que esperaban. Les dijo: “La fuerza de los toros o de los leones no puede detener al enemigo. No, no se detendrá, les digo, hasta que desgarre la ciudad o al rey miembro a miembro”. Inquietos al oír estas noticias, los espartanos entraron en batalla y fueron derrotados. Cada profecía correcta que Pythia proporcionaba ayudaba a reforzar la antigua creencia griega en sus poderes. Los líderes militares a menudo tomaban decisiones cruciales sobre los planes de batalla basándose en su palabra. Profecía a los atenienses
Templo de Apolo
Se considera que un oráculo es una persona o un organismo que proporciona consejos sabios y perspicaces o predicciones proféticas, en particular la precognición del futuro, inspirados por deidades. Como tal, es una forma de adivinación.
Se creía que los oráculos eran portales a través de los cuales los dioses hablaban directamente con la gente. En este sentido, se diferenciaban de los videntes (manteis, μάντεις), que interpretaban los signos enviados por los dioses a través de señales de pájaros, entrañas de animales y otros métodos diversos[1].
Los oráculos más importantes de la antigüedad griega fueron Pitia (sacerdotisa de Apolo en Delfos), y el oráculo de Dione y Zeus en Dodona, en Epiro. Otros oráculos de Apolo se encontraban en Didyma y Mallus, en la costa de Anatolia, en Corinto y Bassae, en el Peloponeso, y en las islas de Delos y Egina, en el mar Egeo.
Walter Burkert señala que en Oriente Próximo hay constancia de “mujeres frenéticas de cuyos labios habla el dios”, como en Mari en el segundo milenio a.C. y en Asiria en el primer milenio a.C.[2] En Egipto, la diosa Wadjet (ojo de la luna) era representada como una mujer con cabeza de serpiente o una mujer con dos cabezas de serpiente. Su oráculo se encontraba en el famoso templo de Per-Wadjet (nombre griego de Buto). El oráculo de Wadjet pudo ser la fuente de la tradición oracular que se extendió de Egipto a Grecia[3]. Evans relacionó a Wadjet con la “diosa minoica de la serpiente”[4].
Delfos, Grecia
El Oráculo de Delfos, que data del año 1400 a.C., era el santuario más importante de toda Grecia y, en teoría, todos los griegos respetaban su independencia. Construida en torno a un manantial sagrado, Delfos era considerada el omphalos, el centro (literalmente ombligo) del mundo.
La gente venía de toda Grecia y más allá para que la Pitia, la sacerdotisa de Apolo, respondiera a sus preguntas sobre el futuro. Y sus respuestas, normalmente crípticas, podían determinar el curso de todo, desde cuándo un agricultor plantaba sus plantones hasta cuándo un imperio declaraba la guerra.
Las discusiones sobre la interpretación correcta de un oráculo eran habituales, pero el oráculo siempre estaba dispuesto a dar otra profecía si se le proporcionaba más oro. Un buen ejemplo es el famoso incidente que tuvo lugar antes de la batalla de Salamina, cuando la Pitia primero predijo la fatalidad y después que un “muro de madera” (que los atenienses interpretaron como sus barcos) les salvaría.
La falta de un dogma religioso estricto asociado al culto de los dioses griegos también animó a los eruditos a congregarse en Delfos, que se convirtió en un punto de encuentro para la investigación intelectual, así como un lugar de reunión ocasional donde los rivales podían negociar.