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La veneración de María, madre de Jesús, en la Iglesia católica abarca diversas devociones que incluyen la oración, los actos piadosos, las artes plásticas, la poesía y la música dedicadas a ella[1][2] Los Papas la han fomentado, al tiempo que han tomado medidas para reformar algunas manifestaciones de la misma[nota 1] La Santa Sede ha insistido en la importancia de distinguir “la devoción verdadera de la falsa, y la doctrina auténtica de sus deformaciones por exceso o defecto”[3]. [Entre los católicos romanos hay muchos más títulos, fiestas y prácticas veneratorias marianas que en otras tradiciones cristianas occidentales[4] El término hiperdulía indica la veneración especial que se debe a María, mayor que la dulía ordinaria a otros santos, pero totalmente distinta de la latría debida sólo a Dios.
La creencia en la encarnación de Dios Hijo a través de María es la base para llamarla Madre de Dios, que fue declarada dogma en el Concilio de Éfeso en 431. En el Concilio Vaticano II y en la encíclica Redemptoris mater del Papa Juan Pablo II, se habla de ella también como Madre de la Iglesia[5].
¿Cómo venera a la Virgen María?
La veneración de María, madre de Jesús, en la Iglesia católica abarca diversas devociones que incluyen la oración, los actos piadosos, las artes plásticas, la poesía y la música dedicadas a Ella. Los Papas la han fomentado, al tiempo que han tomado medidas para reformar algunas de sus manifestaciones.
¿Cómo se llama la oración a la Virgen María?
Memorare (“Acuérdate, oh Virgen María”) es una oración católica que pide la intercesión de la Santísima Virgen María.
¿Cuál es la máxima veneración propia sólo de la Santísima Virgen María?
¿Cómo se relaciona nuestra veneración a María y a los santos con nuestro culto a Dios? El honor que damos sólo a Dios se llama propiamente adoración, el más alto honor que podemos dar.
Que oraciones se rezan a la virgen maria para venerarla 2022
Como todas las oraciones a los santos, nuestras oraciones a la Virgen María se basan en el poder especial de los santos para interceder por nosotros ante Cristo y el Padre. Pero como María tiene un papel único en la salvación, y una relación única con la Trinidad, nuestras oraciones a la Santísima Virgen también se basan en su poder especial de intercesión.
“María es la Orans (orante) perfecta, una figura de la Iglesia. Cuando le rezamos, nos adherimos con ella al designio del Padre, que envía a su Hijo para salvar a todos los hombres. Como el discípulo amado, acogemos en nuestra casa a la madre de Jesús, que se ha convertido en la madre de todos los vivientes. Podemos rezar con ella y a ella. La oración de la Iglesia está sostenida por la oración de María y unida a ella en la esperanza”. (Catecismo, 2679)
“Debido a la singular cooperación de María con la acción del Espíritu Santo, la Iglesia ama orar en comunión con la Virgen María, magnificar con ella las grandes cosas que el Señor ha hecho por ella y confiarle súplicas y alabanzas.” (Catecismo, 2682)
Oración a San Miguel
Redimida por los méritos de su Hijo y unida a Él por un estrecho e indisoluble vínculo, está dotada del alto oficio y dignidad de ser la Madre del Hijo de Dios, por lo cual es también la hija predilecta del Padre y el templo del Espíritu Santo. Por este don de gracia sublime, supera con mucho a todas las criaturas, tanto en el cielo como en la tierra. Pero, al mismo tiempo, por pertenecer a la descendencia de Adán, es una con todos los que han de salvarse.
María abraza la voluntad de Dios y elige libremente cooperar con su gracia, cumpliendo así un papel crucial en el plan de salvación de Dios. A lo largo de los siglos, la Iglesia se ha dirigido a la Santísima Virgen para acercarse a Cristo. Se desarrollaron muchas formas de piedad hacia la Madre de Dios que nos ayudan a acercarnos a su Hijo. En estas devociones a María, “mientras se honra a la Madre, se conoce, se ama y se glorifica rectamente al Hijo, por quien todas las cosas tienen su ser y en quien el Padre ha querido que habite toda plenitud, y se observan todos sus mandamientos”.33 La Iglesia la honra como Madre de Dios, la mira como modelo de discipulado perfecto y pide sus oraciones a Dios en nuestro favor.
Oración del Señor
La importancia concedida a la Palabra de Dios en la Liturgia es bien conocida. Las Sagradas Escrituras garantizan la presencia efectiva de Cristo en la Liturgia. La Iglesia escucha, acoge, medita y celebra la Palabra que el Señor sigue pronunciando en la reunión litúrgica (38). Podemos decir que la Iglesia ni siquiera sabe reunirse en asamblea sin darse a la tarea de escuchar la Palabra de Dios. La actitud de escucha, ante la proclamación de la Palabra, es también típica de la Virgen. La primera vez que el evangelio habla de María (39) nos la presenta en actitud de escucha y acogida de la Palabra. Y sabemos cuán esencial ha sido esta acogida del Verbo divino para la historia de la salvación (40), viendo como hoy nosotros, sacerdotes de los cinco continentes, celebramos los 2000 años del Verbo encarnado en el seno de María. De la información que nos da el Evangelio podemos concluir que la “escucha-acogida” de la Palabra constituye una nota característica de la espiritualidad de María. Acogiendo la primera palabra se convierte en madre de Dios; acogiendo la segunda y última palabra, se convierte en madre de los cristianos. Esta característica es inculcada por la Iglesia en la vida del seminarista y del sacerdote para despertar el debido aprecio y amor por las Sagradas Escrituras y la Liturgia.