Oración de Nuestra Señora de Guadalupe
Contenidos
Nuestra Señora de Guadalupe, Rosa Mística, intercede por la Santa Iglesia, protege al Soberano Pontífice, socorre a cuantos te invocan en sus necesidades, y puesto que eres la siempre Virgen María, y Madre del Dios Verdadero, alcánzanos de tu Hijo Santísimo la gracia de conservar la fe, de la dulce esperanza en medio de las amarguras de la vida, de la ardiente caridad, y el don precioso de la perseverancia final. Amén.
Oh Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, concede a nuestros hogares la gracia de amar y respetar la vida en sus comienzos, con el mismo amor con que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias para que estén siempre unidas y bendice la educación de nuestros hijos.
Esperanza nuestra, míranos con piedad, enséñanos a ir continuamente a Jesús, y si caemos ayúdanos a levantarnos de nuevo y a volver a Él por medio de la confesión de nuestras faltas y de nuestros pecados en el Sacramento de la penitencia, que da la paz al alma.
Iglesia de Guadalupe
Conozca a san Juan Diego, el hombre en cuyo manto apareció la imagen de la Virgen de Guadalupe, así como otros santos de Norteamérica y de América del Sur, a través de una serie de “charlas” con estos hombres y mujeres santas. Santos de América Arturo Pérez-Rodríguez, Miguel Arias
Este libro, que forma parte de la exitosa serie Seis semanas con la Biblia, ayuda a los lectores a desarrollar un sentido distinto de María como persona a través de seis episodios de la vida de María, detallados en los evangelios de Lucas y Juan. Libro de oraciones marianas William G. Storey
Historia de Nuestra Señora de Guadalupe
El Wittliff le lleva a una exploración visual del fenómeno cultural que Nuestra Señora de Guadalupe ha creado en todo Estados Unidos y el mundo. Esta gran exposición fotográfica presenta fotografías documentales realizadas por 23 artistas de los fieles que visitan la basílica de Ciudad de México, los que la veneran en todo México y las tradiciones y costumbres que la honran en el suroeste de EE.UU. La exposición también destaca la popularidad de su imagen y el impacto cultural que ha tenido en la sociedad secular.
La exposición explora cómo la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe sigue siendo un símbolo muy influyente y poderoso de la identidad y la fe mexicanas a través de la fotografía de artistas como Yolanda Andrade, Keith Dannemiller, Jesse Herrera, Rodrigo Moya y Richard Speedy.
Un trío de fotografías de la artista y antropóloga visual Alinka Echeverría de su serie México: Camino del Tepeyac. Estas imágenes únicas de peregrinos católicos revelan lo que llevan a la espalda cuando viajan a la Basílica.
Oración de la Virgen de Guadalupe en español
Al día siguiente, domingo 10 de diciembre de 1531 (calendario juliano), Juan Diego habló por segunda vez con el arzobispo. Éste le indicó que regresara al cerro del Tepeyac y que pidiera a la mujer una señal milagrosa realmente aceptable para probar su identidad. Más tarde ese mismo día, apareció la tercera aparición cuando Juan Diego regresó al Tepeyac; al encontrarse con la misma mujer, le comunicó la petición del Arzobispo de una señal, que ella consintió en proporcionarle al día siguiente (11 de diciembre)[5].
Sin embargo, el lunes 11 de diciembre (calendario juliano), el tío de Juan Diego, Juan Bernardino, enfermó, lo que obligó a Juan Diego a atenderle. En las primeras horas del martes 12 de diciembre (calendario juliano), la condición de Juan Bernardino se había deteriorado durante la noche, Juan Diego viajó a Tlatelolco para conseguir un sacerdote católico para escuchar la confesión de Juan Bernardino y ayudar a atenderlo en su lecho de muerte[3].
Para evitar ser demorado por la Virgen y avergonzado por no haber ido a su encuentro el lunes como habían acordado, Juan Diego eligió otra ruta alrededor del cerro del Tepeyac, pero la Virgen lo interceptó y le preguntó adónde iba (cuarta aparición); Juan Diego le explicó lo sucedido y la Virgen lo reprendió suavemente por no haber recurrido a ella. En las palabras que se han convertido en la frase más famosa de las apariciones de Guadalupe y que están inscritas sobre la entrada principal de la Basílica de Guadalupe, ella preguntó “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”. (“¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”). Le aseguró que Juan Bernardino ya se había recuperado y le dijo que recogiera flores de la cima del cerro del Tepeyac, normalmente yermo, sobre todo en el frío de diciembre. Juan Diego obedeció sus instrucciones y encontró rosas castellanas, no nativas de México, floreciendo allí[3].