I Gotta Go My Own Way – High School Musical 2 ( Full )
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Originalmente teníamos en mente lo que podría llamarse una belleza imaginaria, un proceso de vacío básico con sólo unas pocas cosas que surgen en él. . . . Y luego, cuando nos pusimos realmente manos a la obra, se produjo una especie de avalancha que no se correspondía en absoluto con esa belleza que nos había parecido objetiva.
¿A dónde vamos entonces? Pues lo que hacemos es seguir recto; en ese camino se encuentra, sin duda, una revelación. No tenía ni idea de que esto iba a suceder. Sí tenía idea de que pasaría otra cosa. Una cosa son las ideas y otra lo que sucede.
Cuando se concibió originalmente esta exposición, en su centro iba a haber una sala vacía: “Los planes han cambiado y la sala vacía ha desaparecido, pero esta fue la característica que me llamó la atención cuando me pidieron que escribiera un ensayo para este catálogo. Era una idea insólita para una exposición en un museo, ya que el único propósito de visitar uno es presenciar cosas bellas o interesantes. La gente no va a un museo a mirar paredes en blanco, a pasear por galerías vacías. Sin ningún contexto, los visitantes se habrían quedado perplejos, pensando que se habían equivocado de camino, que alguien había cometido un error o (para los amantes de la aventura) que se había producido un robo. Pero estos visitantes sabrían que se trata de una exposición sobre John Cage y, por tanto, la sala vacía tendría sentido. “Ah, la pieza silenciosa”, se habrían dicho sonriendo.
Un viaje al fin de los tiempos (4K)
La tarjeta de visita de Fred Weed solía decir “piano”. Pero en la sesión Choro Roda #12, empuñó una ‘red’ (clarinete, para todos los no iniciados) con cierta profusión. Quiero decir colusión. No, quiero decir intrusión. No, eso sería competencia. Aquí ninguna. Quién lo iba a decir.
Mientras permanecía despierto, reflexionando sobre los escritos de la que podría ser la mente más brillante del siglo XXI (posiblemente de todos los tiempos), Sarah Palin, no pude evitar quedarme prendado de la complejidad de la imagen que teníamos ante nosotros. Para el ojo inexperto podría parecer una instantánea tomada con un teléfono móvil, quizá incluso por un transeúnte, pero sólo al examinarla detenidamente uno se da cuenta de la genialidad y de los meses de preparación y planificación para ejecutar una toma tan brillante. Obsérvese cómo las copas dibujan perfectamente una V, ¿un homenaje al Partenón? Esa forma también simboliza la dinámica de una típica melodía de jazz: intro/head, solo (clímax), head out, end/fade.
Obsérvese también cómo, en el punto culminante, la mano del músico del centro gesticula “¡sí, he clavado!”. – o… podría estar gesticulando algo totalmente diferente… ese solo fue una paja total – y cómo el pulgar de Dan está perfectamente alineado con la columna de detrás, como diciendo “el pulgar del bajista *es* el pilar de la sección rítmica” – astuta es también la yuxtaposición de la sonrisa hacia arriba (la de Dan) con la expresión enigmática hacia abajo del tipo del lado opuesto. También siguen desafiándonos con la combinación casi idéntica de bigote y perilla presente en dos de los músicos del centro. Y justo cuando crees que lo tienes todo resuelto te sorprenden de nuevo colocando las sombras en un tipo con barba y otro sin ella. Aquí no hay previsibilidad, como en un solo de Sun Ra o Roland Kirk. ¿Y por qué hay un tipo con dos copas en la mano? La respuesta obvia sería “es el batería”, ya que sólo un batería podría sostener dos copas y seguir tocando con los pies. Pero, ¿lo es?
Teniente Kijé Suite Op. 60, IV. Troika’ – Prokofiev
Uno de los compositores más influyentes del siglo XX, John Cage fue pionero de un cuerpo musical que él describió como “la transición contemporánea de la música influenciada por el teclado a la música totalmente sonora del futuro”. De 1930 a 1950, Cage compuso más de 16 partituras para percusión e inventó procedimientos compositivos y teorías concebidas para la música de percusión. Durante la década de 1950 desarrolló nuevos métodos de composición que incluían elementos fortuitos y otros esfuerzos por divorciar al compositor del proceso compositivo. Como percusionista, además de componer interpretaba y exploraba nuevos recursos sonoros (inventó el piano preparado). Conocido tanto por sus escritos y conferencias como por su música, era muy solicitado como conferenciante.
A partir de mediados de la década de 1930, John Cage fue un pionero cuyas piezas para conjunto de percusión liberaron al género de sus dos papeles más tópicos -su papel de apoyo en la orquesta para dar énfasis a la actividad de otros instrumentos, y su papel en la música popular como telón de fondo rítmico- que, en la época en que Cage escribía, ya estaba canonizado en el jazz. Piezas como el “Cuarteto” (1935), el “Trío” (1936), las tres “Construcciones” (1933-41), “Música de salón” (1940), la segunda y tercera “Paisajes imaginarios” y “Credo en US” (todas en 1942), y “Amores” (1943) fueron de las primeras de su clase en Occidente.
Interpretación orquestal de la canción principal de South Park
Delfos (/ˈdɛlfaɪ, ˈdɛlfi/;[1] griego: Δελφοί [ðelˈfi]),[a] en la leyenda llamada anteriormente Pytho (Πυθώ), era en la antigüedad un recinto sagrado que servía de sede a Pythia, el oráculo mayor al que se consultaba sobre decisiones importantes en todo el mundo clásico antiguo. El oráculo tenía sus orígenes en la prehistoria y adquirió un carácter internacional, además de fomentar sentimientos de nacionalidad griega, aunque la nación de Grecia estuviera a siglos de realizarse. Los antiguos griegos consideraban que el centro del mundo estaba en Delfos, marcado por el monumento de piedra conocido como el omphalos (ombligo). El recinto sagrado de Ge o Gea se encontraba en la región de Fócida, pero su gestión había sido arrebatada a los focianos, que intentaban extorsionar a sus visitantes, y se había puesto en manos de una anfictionía, o comité de personas elegidas principalmente de Grecia Central. Según la Suda, Delfos tomó su nombre de Delfina, la serpiente (drakaina) que vivía allí y fue asesinada por el dios Apolo (según otros relatos, la serpiente era la serpiente macho (drakon) Pitón)[5][6].