“Las palabras discípulo y disciplina proceden de la misma raíz latina discipulus, que significa alumno. Ese término resalta la práctica o el ejercicio. La autodisciplina y el autodominio son características constantes y permanentes de los seguidores de Jesús, como lo demostraron Pedro, Santiago y Juan, quienes “dejándolo todo, le siguieron”.
James E. Faust, El discipulado. Conferencia General Octubre 2006
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