Mateo 21:22-23
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“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Quién de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿Y si le pide un pez, le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a los que se las pidan!
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por último, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo que es honorable, todo lo que es justo, todo lo que es puro, todo lo que es amable, todo lo que es encomiable, si hay alguna excelencia, si hay algo digno de alabanza, en esto pensad.
Y les contó una parábola para que orasen siempre sin desanimarse. Dijo: “Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que acudía a él y le decía: ‘Hazme justicia contra mi adversario’. Durante un tiempo se negó, pero después se dijo a sí mismo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda no deja de molestarme, le haré justicia, para que no me derrote con sus continuas venidas.'” …
Todo lo que pidáis en mi nombre creyendo lo recibiréis
En el anuario de mi bachillerato, mi última cita era de Jesús: “Por eso os digo que todo lo que pidáis en la oración, creed que lo habéis recibido y os llegará”. Joven en mi fe pero celosa, estaba aprendiendo a seguir a Cristo y este versículo me pareció una forma apropiada de expresar mi devoción. Por no mencionar que marcaba algo de mi teología de dieciocho años: Si me lo proponía, Jesús podía hacer cualquier cosa.
En años posteriores, he visto que mi introducción a Cristo se produjo a través de varios matices de deísmo moralista y terapéutico con salpicaduras de la Biblia mezcladas. Creía en Dios, en la Biblia, en la muerte y resurrección históricas y en mi necesidad de salvación, pero realmente no entendía la lógica del Evangelio, aunque creía en Cristo crucificado.
Creo que Dios, en su indecible bondad, utilizó un mensaje de salvación psicológicamente sesgado para crear en mí una simple confianza en Jesús. De una manera que sólo un Dios soberano podría diseñar, plantó la verdad de la preciosidad de Cristo en mi corazón, aunque me llevara algún tiempo ver las líneas más oscuras del evangelio -a saber, la absoluta santidad de Dios, mi absoluta necesidad de expiación, y que la fe incluía morir al yo y vivir para su gloria (en una palabra, el arrepentimiento es parte de la fe salvadora).
Marcos 11:24
Este versículo es similar a otros pasajes de la Biblia que hablan de la oración y de recibir creyendo. En el sentido de que puedes pedirle cualquier cosa al Señor y Él te la dará, no importa lo que sea, siempre y cuando sigas pidiendo o aumentando tu fe. Pasajes similares se pueden encontrar en Mateo 7:7, 21:22, Juan 14:13-14, Juan 16:24.
Examinemos las escrituras para identificar la manera correcta de interpretar Marcos 11:24 (y las otras escrituras similares). El pasaje en el que Jesús declara esto es cuando leemos acerca de la lección de la higuera marchita en Marcos 11:12-14. Al maldecir la higuera, Jesús estaba mostrando que toda la nación se había vuelto espiritualmente estéril ante el Señor. Eran religiosos por fuera, pero en realidad no producían ningún fruto. Sus corazones estaban lejos de Dios. Después de esto, Jesús enseña a sus discípulos una lección sobre la oración y la fe en Marcos 11:20-25.
Algunos pueden llegar a la conclusión de que se trata de una promesa general, y que si tienes la cantidad adecuada de fe y rezas lo suficiente, todo lo que pidas te será concedido. Para evitar este error, siempre que interpretemos las Escrituras, debemos hacerlo en consonancia con otras Escrituras. Nunca debemos tomar un versículo de forma aislada, sino leerlo en su contexto y a la luz de lo que dice el resto de la Biblia.
Marcos 11:24 significado
Perdido en la traducción: Jesús está diciendo que nuestra principal limitación es nuestra falta de fe. Es nuestra capacidad de creer lo que nos permite obtener cosas, como entenderlas. El asunto no es “obtener” todo lo que pedimos, sino “obtener” lo que la oración hace.
Este versículo habla de mucho más que de obtener dones de Dios. Se trata de obtener comprensión. El significado queda oculto por la forma en que se traduce la palabra que significa “recibir”, cuando en realidad significa lo contrario, es decir, tomar o, más exactamente, conseguir. Curiosamente, en los Evangelios se traduce más a menudo como “recibir”, lo que sugiere un papel pasivo por nuestra parte en nuestra relación con Dios. En el griego original, Jesús parece decir algo muy distinto.
La actividad de la oración está diseñada tanto para profundizar en nuestra fe como para abrir nuestros ojos a lo que es posible. Dios nos da todas las oportunidades para que nuestros sueños se hagan realidad. Sólo a través de la oración nos damos cuenta de cuáles deberían ser esos sueños y cuáles son nuestras oportunidades. Y sólo a través de la oración vemos cómo podemos aprovechar esas oportunidades.