¿Qué hizo Sócrates en respuesta al pronunciamiento del oráculo?
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Esta página forma parte de la sección “herramientas” de un sitio, Platón y sus diálogos, dedicado a desarrollar una nueva interpretación de los diálogos de Platón. La sección “herramientas” proporciona el contexto histórico y geográfico (cronología, mapas, entradas sobre personajes y lugares) de Sócrates, Platón y su época.
Por ello, Delfos era un lugar muy rico: a lo largo de la Vía Sagrada que conduce al templo de Apolo podían verse monumentos que guardaban los “tesoros” de diversas ciudades, es decir, las ofrendas que las ciudades y los ciudadanos de estas ciudades hacían en agradecimiento al Dios.
¿Qué dice el Oráculo de Delfos sobre Sócrates?
El Oráculo de Delfos, que encontraba la suma de la sabiduría humana en la expresión “Conócete a ti mismo”, también decía que no había hombre más sabio que Sócrates, de lo que se podría concluir que ningún hombre se conocía a sí mismo mejor que Sócrates.
¿Qué dijo el Oráculo de Delfos?
El Oráculo dijo que el momento de revivir la cultura griega clásica ha pasado, Apolo ha muerto. Algunos dicen que la razón de esta respuesta fue que ya no salía del suelo de Delfos el gas “narcótico” (narcótico derivado de Narciso) que se utilizaba para poner en trance a la Pitia.
Sócrates Oráculo de Delfos
El lema γνῶθι σ(ε)αυτόν (“conócete a ti mismo”) era una de las máximas inscritas en el frontón del templo de Apolo en Delfos, junto con μηδὲν ἄγαν (“nada en exceso”), invitando a la humanidad a ejercer la moderación en la vida. A través de estas máximas, el oráculo de Apolo -podría considerarse uno de los “medios de comunicación” de la Antigüedad- invitaba a los hombres a la autoinvestigación, incitándoles a descubrir que la esencia de la propia vida no hay que buscarla en el mundo exterior, sino dentro de nosotros mismos.
Este énfasis en la vida interior y en la importancia de conocerse a uno mismo se convertirá en un elemento central de la filosofía de Sócrates, cuyo Protágoras (343a-b) remonta la historia de la inscripción délfica a los Siete Sabios griegos:
Tales hombres fueron Tales de Mileto, Pítaco de Mitilene, Bias de Priene, Solón de nuestra ciudad, Cleóbulo de Lindus, Misón de Chen y, el último de los siete tradicionales, Chilón de Esparta. Todos ellos eran entusiastas, amantes y discípulos de la cultura espartana; y se puede reconocer ese carácter en su sabiduría por los breves y memorables dichos que brotaron de cada uno de ellos: se reunieron y los dedicaron como primicias de su sabiduría a Apolo en su templo de Delfos, inscribiendo allí esas máximas que están en todas las lenguas: “Conócete a ti mismo” y “Nada en exceso.(μηδὲν ἄγαν)”.(Traducción de W. R. M. Lamb).
¿Cuál es el mensaje del oráculo de Delfos a Queréfone sobre Sócrates?
En primer lugar, hay que tener en cuenta la seriedad de Sócrates y el grado de broma que está gastando. En segundo lugar, es importante tener en cuenta que “Sócrates” es un personaje utilizado por Platón y que la Apología no es una representación fáctica de lo que está sucediendo (véase ¿Qué quería decir Sócrates con “no hay recompensa más digna que el mantenimiento en el prytaneum”? y ¿Registró Platón conversaciones reales en sus diálogos?)
Sobre la base de estas dos consideraciones, podemos trazar la forma narrativa de la afirmación de Sócrates y luego preguntarnos si está siendo un idiota con la gente de Atenas o simplemente es tan genuinamente inquisitivo y confía naturalmente en lo que otros le dicen. Así que aquí está la narración como Platón la escribe (al menos en mi lectura):
Si queremos reestructurar el argumento en los términos de la lógica moderna, afirmaríamos que está haciendo una reductio contra la suposición de que son sabios y esto le obliga a reconocerlos como tontos y, por tanto, a sí mismo como sabio en la medida en que no hace la tonta afirmación de saber cosas.
Nadie es más sabio que Sócrates
Su fama de filósofo, que literalmente significa “amante de la sabiduría”, pronto se extendió por toda Atenas y más allá. Cuando le dijeron que el Oráculo de Delfos había revelado a uno de sus amigos que Sócrates era el hombre más sabio de Atenas, no respondió jactándose ni celebrándolo, sino intentando demostrar que el Oráculo estaba equivocado.
Así que Sócrates decidió que intentaría averiguar si alguien sabía lo que realmente valía la pena en la vida, porque cualquiera que lo supiera seguramente sería más sabio que él. Se puso a interrogar a todos los que encontró, pero nadie pudo darle una respuesta satisfactoria. En cambio, todos fingían saber algo que claramente no sabían.