Oración por un parto seguro del nieto
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En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Entró y le dijo: “Alégrate, tú que gozas del favor de Dios. El Señor está contigo’. Ella se sintió profundamente turbada por estas palabras y se preguntó qué podía significar este saludo, pero el ángel le dijo: ‘María, no temas; has ganado el favor de Dios.
Mira, vas a concebir en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande y se llamará Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su antepasado; reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reinado no tendrá fin”.
María dijo al ángel: “Pero, ¿cómo puede suceder esto, si yo no conozco varón alguno? El ángel respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Y así el niño será santo y se llamará Hijo de Dios.
¿Cómo se reza a la Virgen de Guadalupe?
Concede la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; pues confiamos a tu cuidado todo lo que tenemos y todo lo que somos, Señora y Madre nuestra. Deseamos ser enteramente tuyos y recorrer contigo el camino de la plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia; ténganos siempre de tu mano amorosa.
¿Cómo rezas por el parto?
Señor, ayúdame a que mi bebé nazca en el momento justo. Bendice mi parto. Da sabiduría al personal médico para tomar las decisiones correctas. Ayúdame a ser fuerte durante el parto.
Oración por un parto seguro para la mamá y el bebé
También tiene el título de Patrona de los no nacidos porque cuando se apareció a Juan Diego en lo que hoy es México en el año 1531 estaba embarazada de Jesús. En los años siguientes a la aparición, unos 8 millones de paganos se convirtieron al catolicismo. Esta imagen de Nuestra Señora en el manto de Juan Diego es verdaderamente milagrosa y en estos tiempos peligrosos para el niño por nacer necesitamos la ayuda de nuestra Divina Madre.
Recuerda, oh bondadosísima Virgen de Guadalupe, que en tus celestiales apariciones en el monte del Tepeyac, prometiste mostrar tu compasión y piedad hacia todos los que, amándote y confiando en ti, buscan tu ayuda y te invocan en sus necesidades y aflicciones. Prometiste escuchar nuestras súplicas, secar nuestras lágrimas y darnos consuelo y alivio.
Nunca se ha sabido que nadie que haya acudido a tu protección, implorado tu ayuda o buscado tu intercesión, haya quedado desamparado. Inspirados por esta confianza, acudimos a ti, oh María, siempre Virgen Madre del Dios verdadero. Aunque afligidos por el peso de nuestros pecados, venimos a postrarnos ante ti. Confiamos plenamente en que, bajo tu sombra y protección, nada nos perturbará ni afligirá, ni debemos temer enfermedades, desgracias o cualquier otro dolor.
Oración para iniciar el parto
La fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe se celebra el 12 de diciembre y es Día de Precepto en México. Para más información sobre la historia de Nuestra Señora de Guadalupe y la vida de San Juan Diego, visite www.franciscanmedia.org/our-lady-of-guadalupe/.
Patrona de las Américas, nos recuerdas no sólo la presencia continua de Dios entre nosotros, sino también el hecho de que Dios se parece a nosotros, habla como nosotros y sale a nuestro encuentro allí donde nos encontramos. Guíanos mientras trabajamos para estar atentos a los humildes del modo en que tú cuidaste de Juan Diego y su familia. Inspira en nosotros su fidelidad y valentía, para que también nosotros confiemos en la providencia y el cuidado de Dios. Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros. San Juan Diego, ruega por nosotros.
A la luz de una mañana de diciembre en el México rural, un humilde campesino camina hacia misa y queda asombrado cuando se encuentra cara a cara con una radiante aparición de María como una joven embarazada vestida con ropas nativas. Así comienza una relación entre Nuestra Señora de Guadalupe y Juan Diego que cambiará la Iglesia. Cuando todo esté dicho y hecho, se construirá una iglesia, florecerán rosas en la nieve, aparecerá una imagen milagrosa en un manto ordinario y un hombre se curará de una fiebre que amenazaba su vida.
Oración católica para un parto seguro y un bebé sano
Querida María, tu mensaje de amor y cuidado en la colina del Tepeyac flotó como una canción de cuna en el fresco amanecer dorado. Suavemente llamaste a Juan Diego, “el menor de tus hijos”, un hombre de mediana edad, pero de espíritu inocente e infantil.
A través de él, invitaste a todos tus hijos a acercarse a ti, la siempre Virgen Madre de Dios, a mirarte como una madre que sólo quería mostrar el amor de una madre. Tú les darías todo lo que necesitaran, ayuda y protección, fuerza y consuelo. Como prueba duradera nos dejaste tu propio cuadro maravilloso, no pintado por mano humana alguna.
Querida Señora de Guadalupe, toca este pétalo de nuestros corazones con las rosas invernales del Tepeyac, para que una fragante alegría y paz se extiendan a lo largo de su camino de vida terrenal, recordando a los hombres de ti y atrayéndolos dulcemente a tu corazón que espera.
Toma a este niño como tuyo. Señora adorable y recatada, envuelta en el manto de tus cuidados, hasta el día en que en una nueva tierra, todos tus hijos se unan a ti, su madre misericordiosa, dando sin cesar alabanzas y gracias a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.