Oraciones para el final de la vida
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Independientemente del deseo de los estudiosos de establecer una línea de continuidad entre los dioses prehispánicos de la muerte, la Catrina de Posada y laSanta Muerte. La “dama blanca” es un concepto moderno. Se llama “Santa Muerte”, y este nombre significa Buena Muerte o Santa Muerte. El término se tomó prestado de las oraciones católicas en las que se pedía un fallecimiento pacífico, en paz con Dios, contento con la vida. La nación médica tiene su propia palabra para ello. La palabra griega es eutanasia, que también significa “buena muerte”, el derecho a morir sin sufrimientos innecesarios.
Desde principios del siglo XXI, un extraño culto ha crecido desde un solitario altar callejero en un barrio pobre de Ciudad de México hasta convertirse en un fenómeno continental que ahora estudian los eruditos. Se trata del culto a la Santa Muerte.
Su rasgo más original quizá sea que, mientras que en el catolicismo la buena/santa muerte es un proceso y en medicina es un procedimiento, el culto aSanta Muerte hace a la persona.Sus acólitos dicen que en el fondo se trata de lo mismo: el deseo de tener una muerte sin dolor físico, la esperanza de experimentar una muerte tranquila. Pero como en este nuevo movimiento la Muerte es una persona, hay que añadir un tercer elemento: el deseo, la obligación entre sus seguidores, de agradarle y adorarle (en español la palabra muerte es un sustantivo femenino).Sus seguidores le dan nombres cariñosos: bella, flaca, niña linda, madrecita, e incluso virgen.
Tres hermosas oraciones
Me esforzaré hoy por llevar una vida sencilla, sincera y serena, repeliendo con prontitud todo pensamiento de descontento, ansiedad, desaliento, impureza y egoísmo; cultivando la alegría, la magnanimidad, la caridad y el hábito del santo silencio; ejercitándome en la economía en el gasto, la generosidad en el dar, el cuidado en la conversación, la diligencia en el servicio señalado, la fidelidad a toda confianza y una fe filial en Dios.
Concédenos, Señor, paciencia para seguir tu camino. Que nuestra confianza no descanse en nuestro propio entendimiento, sino en tu mano que nos guía; que nuestros deseos no sean para nuestra propia comodidad, sino para el gozo de tu reino; porque tu cruz es nuestra esperanza y nuestro gozo ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
Dios santo, tu conocimiento de mí supera lo que yo capto o veo en cualquier momento; me conoces mejor de lo que yo me conozco a mí mismo. Ahora, ayúdame a confiar en tu misericordia, a verme a la luz de tu santidad, y concédeme la gracia de tener verdadera contrición, hacer una confesión honesta, y encontrar en ti el perdón y la remisión perfecta. Amén.
Tres bellas oraciones pieta
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestra defensa contra la maldad y las asechanzas del Diablo. Que Dios lo reprenda, te rogamos humildemente, y tú, oh Príncipe de las huestes celestiales, con el poder de Dios, arroja al infierno a Satanás y a todos los espíritus malignos, que merodean por el mundo buscando la ruina de las almas.
Dios mío, de todo corazón me arrepiento de mis pecados. Al elegir hacer el mal y dejar de hacer el bien, he pecado contra ti, a quien debería amar sobre todas las cosas. Me propongo firmemente, con tu ayuda, hacer penitencia, no pecar más y evitar todo lo que me lleve a pecar. Nuestro Salvador Jesucristo sufrió y murió por nosotros. En su nombre. Dios mío, ten piedad.
Católica tres oraciones muy bellas
Que veas la luz de Dios en el camino Cuando el camino que recorres es oscuro. Que siempre oigas, Aun en tu hora de dolor, El suave canto de la alondra. Cuando los tiempos sean duros, que la dureza Nunca convierta tu corazón en piedra, Que siempre recuerdes que cuando las sombras caen, No caminas solo.
Rezamos para que en este tiempo de pérdida, Sientas mucho más el amor de Dios Y que encuentres tu consuelo En la presencia del Señor Rezamos para que Dios derrame sobre ti, Su dulce gracia asombrosa Y desborde tu corazón de paz Mientras vives en Su abrazo. – M.S. Lowndes
Pero sólo por tan poco tiempo nos has prestado. Porque hasta un dibujo tallado en obsidiana se desvanece, y las plumas verdes, las plumas de la corona, del pájaro Quetzal pierden su color, y hasta los sonidos de la cascada se apagan en la estación seca.
Bendice a los que lloran, Dios eterno, con el consuelo de tu amor para que puedan afrontar cada nuevo día con esperanza y la certeza de que nada puede destruir el bien que se les ha dado. Que sus recuerdos sean alegres, sus días enriquecidos con amistad y sus vidas rodeadas de tu amor.