Coronilla de san charbel pdf
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El 8 de mayo de 1828, en un pueblo de montaña de Bekaa-kafra, el pueblo más alto de Oriente Próximo, nació Charbel en el seno de una familia maronita pobre. Yussef, que más tarde adoptó el nombre de Charbel, era el menor de los cinco hijos de Antoun Zaarour Makhlouf y Brigitta Elias al-Shediyaq. Sus hermanos eran Hanna, Beshara, Koun y Warde (Sfeir 1995: 15). Su padre murió cuando él tenía tres años. Como muchos de los cristianos de la montaña libanesa, su padre había sido apartado de su familia [por los turcos] y obligado a realizar trabajos forzados. Antoun tenía que transportar la cosecha en su burro hasta el Emir (Príncipe) (ibíd. 1995: 25-26). De regreso a su pueblo natal, le dio fiebre alta y murió. Como Antoun fue enterrado en Gherfeen, cerca de Biblos, donde había enfermado, su familia no pudo presentarle sus últimos respetos. (ibid. 1995: 26; Hayek 1956: 28-29)Con la muerte prematura de su padre, su madre se hizo responsable del bienestar de sus cinco hijos durante otro periodo brutal. Era una mujer piadosa y de carácter fuerte. En Bekaa-Kafra, Brigitta era famosa por ayunar a diario y rezar el rosario. Se dedicaba a tejer la seda como muchas otras mujeres del pueblo. (Hayek 1956: 36)
Novena de san charbel día 1
Si tu ojo derecho te hace tropezar, sácatelo y arrójalo lejos de ti. Porque más te vale que perezca uno de tus miembros, que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehenna.
Si tu mano derecha te hace tropezar, córtala y arrójala lejos de ti. Porque más te vale que perezca uno de tus miembros, que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehenna.
San Charbel es un gran misterio para el mundo de la ciencia, y para todos nosotros un signo evidente que apunta a la existencia de Dios. Han pasado 117 años desde la muerte de este ermitaño libanés, pero su cuerpo no se descompone. Gracias a su intercesión, siguen produciéndose curaciones y conversiones espectaculares.
El 24 de diciembre de 1898, la primera noche después del funeral de San Charbel, una luz brillante de origen desconocido apareció sobre su tumba. Como un relámpago, ardía y desaparecía, y sus rayos eran visibles a decenas de kilómetros de distancia. El fenómeno de la luz se repitió cada noche durante un mes y medio desde el día del funeral de San Charbel. Este acontecimiento extraordinario fue presenciado por los monjes y los habitantes de los pueblos cercanos, tanto cristianos como musulmanes, que iniciaron una peregrinación masiva a la tumba del santo ermitaño. Este acontecimiento provocó un gran movimiento en todo el Líbano. Miles de cristianos y musulmanes comenzaron a visitar la tumba del santo. Algunos consiguieron abrir la tumba y llevarse un jirón de su ropa como reliquia, o incluso bigotes de la barba del ermitaño.
Oración de san charbel en español
Es una práctica común entre los católicos devotos inclinarse por la devoción a un santo concreto, quizá adoptándolo extraoficialmente como patrón, quizá confiando en su intercesión para situaciones específicas (pensemos en San Antonio de Padua, al que se recurre por objetos perdidos). San Charbel Makhlouf, un santo libanés que tendió puentes entre el monacato católico oriental y occidental viviendo la Regla maronita, es uno de esos ejemplos.
Su corazón anhelaba la unidad entre cristianos y musulmanes, y estaba dotado para ello gracias a su carácter manso y a su vida profundamente centrada en la oración. Este hecho puede ser la clave de por qué tantas personas de todas las clases sociales y creencias religiosas han recurrido a su intercesión con resultados asombrosos.
San Charbel es un santo de nuestro tiempo. La estética de su vida monástica tiene un atractivo universal, que tal vez nos aleje de nuestras ansiosas y ajetreadas vidas y nos lleve al reino del silencio, la soledad y la oración más profunda. Él, como todos los santos conocidos o desconocidos, quiere que, a través de él, conozcamos y amemos a Dios con más confianza y mayor paz.
Oración milagrosa de San charbel
Muchos cristianos de diversas procedencias, e incluso algunos musulmanes de varias partes del mundo, se reúnen en este día buscando la poderosa intercesión de este gran monje, ermitaño, sacerdote, taumaturgo, místico y santo.
Profundamente devoto de la Eucaristía, pasaba horas en oración antes y después de la misa. Para San Charbel, el silencio y el amor eran el lenguaje de Dios. Se convirtió en instrumento de su verdad y sabiduría escuchando la Palabra de Dios.
Reflexionando sobre su mansedumbre, autoabandono y perseverancia ante el inmenso sufrimiento, un monje dijo: “Si sufrimos tanto por una sola noche, ¿cómo pudo el padre Charbel vivir aquí durante veintitrés años?”.
Cuando Nohad regresó a casa, su salud no mejoró. Pasó varios días con un dolor constante y agonizante. Sin embargo, una noche soñó que san Charbel le daba la Sagrada Comunión mientras asistía a misa en la ermita de Annaya.
La noche siguiente, San Charbel volvió a visitarla en sueños y le dijo: “Hice la operación para que la gente viera y volviera a su fe. Te pido que visites mi ermita de Annaya los días 22 de cada mes y asistas regularmente a Misa durante el resto de tu vida.”